Mierda. Asco. La indiferencia empieza a convertirse en repulsión, y la repulsión, en odio. Lágrimas de rabia. Eres basura. Eres nada. Te haces pequeña. Todo se hace grande. Más grande que tú. Y te supera. Y día tras día te pudres por dentro. Y día tras día te pudres por dentro.
Te recoges sobre ti misma. Te ocultas. Mientes. Tu mierda es tuya, y de nadie más. Tu mierda es tuya. Y de nadie más.
Forzar una sonrisa nunca fue fácil. Tiemblan los labios, gritan los ojos.
Rechazo. Repulsas el contacto humano. Nadie es nadie y tú eres menos.
Fallas. Fallas. Fallas. Fallas. Y ningún error es disculpado.
Es odio lo que sientes, sí. Pero hacia ti misma.
Wow! eso fue muy intenso. Lo único malo de palabras así es que el sentimiento que las inspira no es agradable en absoluto.
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