Noches de silencios incómodos y conflictos internos. Monotonía. Nada que decir y nada que callar. Nadie con quien contar. A quien recurrir. Nadie te necesita. Necesitas a todo el mundo. Un abrazo y te calmas. Pero nunca llega. Nunca llega. Su despreocupación idílica. Nunca sentirás ese sentimiento de libertad. Nada te ata a nada, pero te asusta dejarte llevar; por eso te encadenas a cualquier sentimiento penoso. ¿Qué necesitas para acabar con todo esto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario